miércoles, 8 de abril de 2015

LA VIDA ES AQUELLO QUE SE NOS VA


La mayor parte de mi tiempo me la paso escribiendo en mi mente . Creo que debo de sufrir un síndrome o algo así porque hasta a veces en las noches no puedo dormir hasta que no me paro de la cama y desahogo mi cabeza. Lo malo es que cuando vengo al papel ya no encuentro ni la mitad de las palabras que pensé.
A veces veo mi vida como si alguien más la estuviera viendo desde arriba y me imagino cómo se estaría narrando. No es que pretenda que estoy actuando una película de drama, solo que me sirve para ver diferente perspectivas.
Tengo una vida simple y sencilla. Últimamente la soledad me está dando duro y no es que sea de ese tipo de personas a las que les da miedo o les aburra estar solas. Pero me refiero a la soledad de estar lejos de casa. Puede haber gente alrededor pero son pocas las que cuentan para aliviar el peso.
Muchas tardes camino , camino… y camino hasta que mis pies no pueden más y me detengo a ver como los pájaros vuelven a sus árboles después que ha terminado el día.  Me detengo ahí sin ningún plan. Sin ningún plan…… eso ha pasado en mi vida por un buen tiempo.
En los dos últimos años de mi vida he pasado de ser mesera, auxiliar de magistrada, niñera, cajera, abogada en una oficina. He trabajado en el transito, limpiado baños, barrido, trapeado. Nada ha durado más de dos meses y no precisamente porque así lo haya planeado.
Por lo general no sé que voy hacer al día siguiente, ni que vaya a resultar. Encontrar un trabajo, perder el que tengo, buscar uno nuevo. He vivido de aquí para acá. Cada día una nueva oportunidad, una nueva ciudad, otro país, otra nueva ciudad. Intento, siempre intentado y creando. Siempre tenemos pinceles para pintar los días del color que escojamos; y no está mal a veces querer pintarlos de gris porque son en esos momentos donde nos desahogamos.
No sé si me he acostumbrado a esto, pero la idea de verme en una rutina me da pánico. Podría llamarlo inestabilidad, pero no lo veo así. Para lo que algunos es aterrador, yo le he encontrado un don. Volver a empezar, una y otra vez nos hace fortalecer las bases sobre las que construimos. Volver a empezar una y otra vez nos hace sacar a  la luz talentos escondidos, fortaleza que ni siquiera creíamos tener y que mejor que la oportunidad de limpiar el closet de la vida, de las lecciones aprendidas y para lo que ya no hay lugar. Sacudir la mente, corregir errores, nuevas perspectivas. Y reencontrar nuestros os, intenciones y redefinir nuestros planes.
Por mucho tiempo no tuve grandes planes. Más bien no tuve casi planes. Mi mayor plan era no tener planes. Algunos sueños estaban ahí, convencida que algún día llegarían pero que por el momento era tiempo de disfrutar solo el momento y aquello que estaba viniendo a mí.
Como dijo John Lennon: ‘’ la vida es aquello que sucede mientras planeamos el futuro’’
Quizá todo esto fue un pretexto de mi mente para rebelarse ante el dolor de planes frustrados. Quizá no me atrevía a soñar dos días más adelante por miedo a que todo se desvaneciese o no lo lograse.  Por eso he aprendido que cuando algo no funciona es porque eran nuestros planes y no los de Dios.
Puede sonar a frase de consolación y si así lo fuera o no se crea en Dios de todos modos cuando actuamos firmes y damos cada paso con convicción y amor. Si las cosas no salen como esperamos no que por qué echar culpar o quedarnos en el lamento. Por eso es que digo que nuestra felicidad tampoco puede depender del montón de planes que tenemos  y que se hagan o no realidad. Los sueños son necesarios, son un motor de vida. Me considero un gran soñadora, pero ni ellos nos pueden arrebatar nuestra tranquilidad.
La vida tampoco se nos puede ir esperando tiempos mejores, tiempos en los que vivamos  la vida que deseamos. Porque la única acción que vale es la de ahora y no nos debemos condicionar. Todo está bien es ahora,incluso con tristezas, pérdidas o decepciones. Es TU vida. Cambia lo que puedes cambiar y vive con lo que tengas que aceptar. Si el día de mañana todo lo que planeaste no llegó como imaginaste no hay que olvidar que todo siempre está bien y que al fin y al cabo ya eres feliz.
Me negué por un tiempo a planear el futuro. A duras penas podía pensar en el día siguiente. No tenía mucho sentido hacer grandes planes cuando no tenía ni con qué pagar las cuentas pasadas. Cada vez que todo parecía armado…………..vuelva a empezar.
Sé que para avanzar en el camino debemos fijarnos puntos de llegada. Lo importante es fijarnos puntos no efímeros y dar espacio a que la magia ocurra. Todos queremos cosas diferentes. Ciertos títulos, trabajos, negocios, ciertos logros. Pero si fuéramos más allá de nuestros logros y encontráramos las verdaderas intenciones detrás de cada uno. Sería mucho más sencillo. Por ejemplo: cierta persona sueña con abrir una cafetería. Pero por cosas de la vida sus planes no se llevan a cabo. Muy fácilmente podría sentirse fracasado  y que no hay mas cabida para su plan. Pero qué pasa si esta persona en vez de cegarse en que su meta es abrir un café sino que busca por ello pero todo el tiempo sabe que su mayor deseo es brindar un buen servicio, un espacio para que las personas se reúnan , pasen un grato agradable. ¡plop! Las opciones se abren!

Hay que abrirnos a la magia del día a día. No condicionar nuestra realidad y actuar desde el corazón. Cada paso por pequeño que parezca, así sea solo para mejorar el día de mañana; si se hace con amor yo no creo que haya forma  que termine en un mal plan.