La mayor parte de mi tiempo me la paso escribiendo
en mi mente . Creo que debo de sufrir un síndrome o algo así porque hasta a
veces en las noches no puedo dormir hasta que no me paro de la cama y desahogo
mi cabeza. Lo malo es que cuando vengo al papel ya no encuentro ni la mitad de
las palabras que pensé.
A veces veo mi vida como si alguien más la
estuviera viendo desde arriba y me imagino cómo se estaría narrando. No es que
pretenda que estoy actuando una película de drama, solo que me sirve para ver
diferente perspectivas.
Tengo una vida simple y sencilla. Últimamente la
soledad me está dando duro y no es que sea de ese tipo de personas a las que
les da miedo o les aburra estar solas. Pero me refiero a la soledad de estar
lejos de casa. Puede haber gente alrededor pero son pocas las que cuentan para aliviar el peso.
Muchas tardes camino , camino… y camino hasta que
mis pies no pueden más y me detengo a ver como los pájaros vuelven a sus
árboles después que ha terminado el día.
Me detengo ahí sin ningún plan. Sin ningún plan…… eso ha pasado en mi
vida por un buen tiempo.
En los dos últimos años de mi vida he pasado de ser mesera, auxiliar de magistrada, niñera, cajera, abogada en una oficina. He trabajado
en el transito, limpiado baños, barrido, trapeado. Nada ha durado más de dos
meses y no precisamente porque así lo haya planeado.
Por lo general no sé que voy hacer al día
siguiente, ni que vaya a resultar. Encontrar un trabajo, perder el que tengo,
buscar uno nuevo. He vivido de aquí para acá. Cada día una nueva oportunidad,
una nueva ciudad, otro país, otra nueva ciudad. Intento, siempre intentado y
creando. Siempre tenemos pinceles para pintar los días del color que escojamos;
y no está mal a veces querer pintarlos de gris porque son en esos momentos
donde nos desahogamos.
No sé si me he acostumbrado a esto, pero la idea de
verme en una rutina me da pánico. Podría llamarlo inestabilidad, pero no lo veo
así. Para lo que algunos es aterrador, yo le he encontrado un don. Volver a
empezar, una y otra vez nos hace fortalecer las bases sobre las que
construimos. Volver a empezar una y otra vez nos hace sacar a la luz talentos escondidos, fortaleza que ni
siquiera creíamos tener y que mejor que la oportunidad de limpiar el closet de
la vida, de las lecciones aprendidas y para lo que ya no hay lugar. Sacudir la
mente, corregir errores, nuevas perspectivas. Y reencontrar nuestros os,
intenciones y redefinir nuestros planes.
Por mucho tiempo no tuve grandes planes. Más bien
no tuve casi planes. Mi mayor plan era no tener planes. Algunos sueños estaban ahí,
convencida que algún día llegarían pero que por el momento era tiempo de
disfrutar solo el momento y aquello que estaba viniendo a mí.
Como dijo John Lennon: ‘’ la vida es aquello que
sucede mientras planeamos el futuro’’
Quizá todo esto fue un pretexto de mi mente para
rebelarse ante el dolor de planes frustrados. Quizá no me atrevía a soñar dos días
más adelante por miedo a que todo se desvaneciese o no lo lograse. Por eso he aprendido que cuando algo no
funciona es porque eran nuestros planes y no los de Dios.
Puede sonar a frase de consolación y si así lo
fuera o no se crea en Dios de todos modos cuando actuamos firmes y damos cada
paso con convicción y amor. Si las cosas no salen como esperamos no que por qué
echar culpar o quedarnos en el lamento. Por eso es que digo que nuestra
felicidad tampoco puede depender del montón de planes que tenemos y que se hagan o no realidad. Los sueños son
necesarios, son un motor de vida. Me considero un gran soñadora, pero ni ellos
nos pueden arrebatar nuestra tranquilidad.
La vida tampoco se nos puede ir esperando tiempos mejores,
tiempos en los que vivamos la vida que
deseamos. Porque la única acción que vale es la de ahora y no nos debemos
condicionar. Todo está bien es ahora,incluso con tristezas, pérdidas o
decepciones. Es TU vida. Cambia lo que puedes cambiar y vive con lo que tengas
que aceptar. Si el día de mañana todo lo que planeaste no llegó como imaginaste
no hay que olvidar que todo siempre está bien y que al fin y al cabo ya eres
feliz.
Me negué por un tiempo a planear el futuro. A duras
penas podía pensar en el día siguiente. No tenía mucho sentido hacer grandes
planes cuando no tenía ni con qué pagar las cuentas pasadas. Cada vez que todo parecía
armado…………..vuelva a empezar.
Sé que para avanzar en el camino debemos fijarnos
puntos de llegada. Lo importante es fijarnos puntos no efímeros y dar espacio a
que la magia ocurra. Todos queremos cosas diferentes. Ciertos títulos,
trabajos, negocios, ciertos logros. Pero si fuéramos más allá de nuestros
logros y encontráramos las verdaderas intenciones detrás de cada uno. Sería mucho
más sencillo. Por ejemplo: cierta persona sueña con abrir una cafetería. Pero por
cosas de la vida sus planes no se llevan a cabo. Muy fácilmente podría sentirse
fracasado y que no hay mas cabida para
su plan. Pero qué pasa si esta persona en vez de cegarse en que su meta es
abrir un café sino que busca por ello pero todo el tiempo sabe que su mayor deseo
es brindar un buen servicio, un espacio para que las personas se reúnan , pasen
un grato agradable. ¡plop! Las opciones se abren!
Hay que abrirnos a la magia del día a día. No condicionar
nuestra realidad y actuar desde el corazón. Cada paso por pequeño que parezca,
así sea solo para mejorar el día de mañana; si se hace con amor yo no creo que
haya forma que termine en un mal plan.